El Departamento de Defensa de Estados Unidos realizó algunas declaraciones luego de que se informara de la muerte de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, líder del grupo terrorista Estado Islamico.

Durante una rueda de prensa, John Kirby, portavoz del Pentágono, destacó que las fuerzas estadounidenses hicieron todo lo posible para evitar víctimas civiles en el operativo realizado al norte de Siria, mismo que acabó con el suicidio por inmolación por parte del terrorista.

Las bajas reportadas luego de que Al-Qurayshi detonara una carga explosiva en el edificio donde se encontraba pertenecen a su esposa y 2 menores que se encontraban con él en la tercera planta del inmueble.

Uno de los lugartenientes del criminal también falleció junto a su mujer a causa de un intercambio de fuego con las tropas estadounidenses, además de un niño que, al igual que ellos, se encontraba en el segundo piso.

El funcionario afirma que los efectivos estadounidenses lanzaron numerosas advertencias a las personas que se encontraban al interior de la infraestructura para que salieran, mismas que continuaron aún cuando la operación ya había dado inicio.

En la operación, según el portavoz, hubo un punto en donde el líder terrorista se hizo volar por los aires con un artefacto, lo que motivó a sus subordinados a abrir fuego y provocar la movilización de los soldados estadounidenses.

Además, Kirby aseguró que militares ayudaron a salir a 10 civiles del campo de batalla, entre los cuales se hallaban 4 menores de edad.

"Los esfuerzos por salvar las vidas de personas inocentes no se hicieron solo al principio con un megáfono, sino que estuvieron presentes bien avanzada la operación, es algo que estuvo siempre presente en sus mentes (de los soldados)", afirmó.

Aunque el funcionario dice que no se ha acordado llevar a cabo una investigación sobre las bajas civiles, el Pentágono está en entera disposición de llevarla a cabo si así se decide.

Anteriormente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, informó que habían intentado reducir al mínimo las bajas de civiles durante el ataque, e incluso la semana pasada el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó desarrollar un plan de 90 días con el objetivo de minimizar las muertes de personas inocentes a causa de los bombarderos por la nación americana.

Esta medida fue requerida luego de que un ataque aéreo estadounidense contra un supuesto líder del EI, sucedido el 29 de agosto del 2021 en Kabul, acabara con la vida de 10 civiles, la mayoría de ellos menores de edad.

El Pentágono admitió el error, pues más tarde incluso se confirmó que la persona a la que se perseguía ni siquiera estaba vinculada al grupo terrorista, sin embargo, anunciaron en diciembre pasado que ninguno de los implicados en el bombardeó serían castigados.

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