Ha sido semanas duras para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pues no solo ha enfrentado los reclamos por los asesinatos de los periodistas en Tijuana (de los cuales aún no hay detenidos); intentado justificar la falta de austeridad de su hijo que vive con lujos en EE.UU., y los embates contra su aliado el exgobernador Jaime Bonilla (que resultó no ser ni ingeniero ni licenciado), sino que también ha sido criticado por defender a Pedro Salmerón, quien había sido propuesto para ser embajador de México en Panamá, pero que ha sido rechazado por recientes acusaciones de abuso sexual en su contra.

Aunque el titular ejecutivo ha mencionado que no existe una denuncia formal hacia Salmerón, los testimonios de 8 mujeres abusadas militantes de Morena han dicho lo contrario, y el eco de la atención mediática ha llegado a oídos de la cancillería de Panamá quien ha establecido su posicionamiento respecto al tema con un rotundo rechazo.

Como empleado que renuncia a sabiendas de que va a ser despedido para salvar su honor, Salmerón ha declinado ser embajador y presentó una carta al presidente donde expresa las razones para “hacerse a un lado”.

“Si usted cree que lo mejor para México es que yo dé un paso de costado, pongo a su disposición mi declinación al cargo que me ofreció”, decía el documento donde historiador mexicano se quejaba de la circulación de un texto suyo que “fue descaradamente tergiversado para suscitar un linchamiento mediático contra mi persona”.

Las acusaciones Pedro Salmerón datan del 2017, mientras que en el 2019 también lo denunciaron alumnas del ITAM por su maltrato hacia las mujeres.

Viéndose acorralado y sin opciones viables para justificar lo injustificable, AMLO ha propuesto a Jesusa Rodríguez como embajadora del país centroamericano.

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