Lo mismo que MORENA propone en Tijuana, lo propuso en Ecatepec: dividir el territorio como solución a la problemática municipal.
Varios representantes de MORENA en B.C. y en el país, recurren al argumento superficial e insustancial, con un cálculo político de corto plazo y a la ocurrencia como divisa, para impulsar lo que para ellos es su prioridad inmediata.
Recurren a la propuesta simplona y pedestre, para abordar temas que reclaman analizarse en forma amplia y colegiada, mediante una metodología institucional, que permita la revisión científica, la utilización de los elementos técnicos de planeación y la participación democrática de la ciudadanía.
Tijuana tiene muchísimos problemas que deben ser abordados en forma urgente por las actuales autoridades y los tres órdenes de Gobierno.
Antes que formular una propuesta para dividir el territorio municipal, es necesario y urgente atender las diferentes problemáticas que aquejan a la ciudad en materia de seguridad, movilidad, medio ambiente, salud, educación, recolección de la basura, atención a personas y zonas vulnerables, etc. etc.
Es ineludible que quienes formulan la propuesta de dividir Tijuana, (tal como los mismos de MORENA, lo propusieron en Ecatepec) no vislumbren las consecuencias de lo que esto significaría en términos de incrementar la grave segregación socio-espacial que ya existe, el hacinamiento de viviendas inadecuadas, la carencia de espacios públicos, zonas con una alta marginalidad, áreas urbanas con altos grados de contaminación ambiental y acústica, congestión vehicular, acumulación de basura, una enorme inseguridad y un alto clima de violencia, entre otros graves problemas.
Esta singular y compleja problemática urbana, no se puede resolver por la vía de un decreto burocrático de división territorial o división de presupuestos, en materia de obras, infraestructura o seguridad.
El asunto es mucho más complejo y requiere un abordaje integral, en donde se contemplen todas las variables de la ciudad, tales como productividad, educación, salud, movilidad, medio ambiente, abasto, calidad del espacio público, lo cual no se resuelve cortando o dividiendo la identidad urbana o fragmentando la unidad territorial.
La pobreza, la desigualdad, la inseguridad, el deterioro ambiental, la crisis de la movilidad urbana, entre muchos otros temas, deben ser atendidos integralmente, incorporando elementos sustantivos que la población ha reclamado durante mucho tiempo y nunca ha tenido la respuesta oportuna y pertinente por parte de las diferentes autoridades.
Antes de pensar en la fragmentación territorial de Tijuana, acordemos.
• Presentar, en forma documentada y objetiva, los argumentos en pro y en contra de la medida.
• Elegir democráticamente a los delegados municipales, mediante el voto libre y secreto de los habitantes de las delegaciones.
• Dotar de presupuesto suficiente y facultades institucionales a las delegaciones.
• Elegir a los regidores por territorio y no por planillas.
• Establecer una relación con el Gobierno Federal de mayor colaboración real, institucional y efectiva.
Estos pudieran ser elementos que permitirían una discusión más amplia e interesante, que una propuesta simplona de buscar solucionar la problemática tan compleja que vive Tijuana, por la vía de la división o la fragmentación territorial.
Abramos el debate, público y democrático, consultando el sentir ciudadano en un tema que nos compete a todos los tijuanenses.
Plantear que la compleja problemática que vive Tijuana se resuelve dividiendo la ciudad entre el este y el oeste es un falso dilema. Tan sólo pensar en dividir a Tijuana, es mucho más complejo que eso.
Pero aprovechemos el momento para discutir, para consultar con la ciudadanía, que intervengan los expertos y para que los argumentos ciudadanos enriquezcan el diálogo y el debate sobre un tema que nos atañe a todas y todos los tijuanenses.
En la planeación de las ciudades intervienen los expertos, que, en este caso, no aparecen sustentando la propuesta de la división de Tijuana, pero sobre todo la ciudad como tal, la hacemos todos a nivel de la calle y la colonia; por ello, el debate debe trascender el contexto del Congreso del Estado, en donde muchos de las y los diputados, llegaron a ocupar una curul, no por sus argumentos o sus méritos, sino por el enorme dispendio de recursos.
La clientela electoral construida con presupuesto oficial y los 3 millones 600 mil despensas surtidas por “Don Cacahuato”, cuyo nombre no es un albur ni una broma, sino es la razón social de la empresa que surtió las despensas que el Gobierno del Estado utilizó apoyar a las y los candidatos de MORENA.
PD: La Ley Estatal de Planeación los obliga a crear el “Instituto Estatal de Planeación” Esto le pudiera ayudar a planear su trabajo institucional, porque la herencia desastrosa que deja Bonilla es de una calamidad para un Estado quebrado financieramente, fracturado socialmente, polarizado políticamente y con una inseguridad y violencia de las mayores no sólo de México sino del mundo.
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