La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó este viernes las inyecciones de refuerzo Covid de Moderna y Pfizer para todos los adultos estadounidenses, cumpliendo una parte fundamental del plan de la administración de Biden para administrar dosis adicionales al público en general, a medida que los datos crecientes demuestran que la eficacia de las vacunas disminuye con el tiempo.

La aprobación llega con dos meses de retraso, después de que los científicos que asesoraron a la FDA rechazaron los planes originales de la administración de comenzar a distribuir refuerzos a todos los adultos la semana del 20 de septiembre, citando la falta de datos que respalden las terceras dosis. La comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, también aprobó las dosis sin la reunión pública habitual para revisar los nuevos datos presentados por las empresas en la última semana. Moderna volvió a presentar su solicitud hace apenas dos días. Las empresas anunciaron la decisión el viernes por la mañana.

"Esta autorización de uso de emergencia llega en un momento crítico cuando entramos en los meses de invierno y enfrentamos un número creciente de casos de COVID-19 y hospitalizaciones en todo el país", dijo la directora ejecutiva de Moderna, Stéphane Bancel, en un comunicado.

Woodcock mencionó que la agencia ha actuado rápidamente para proteger al público a medida que evoluciona la pandemia, indicando que las vacunas de refuerzo son la mejor manera de evitar que las personas terminen hospitalizadas o mueran a causa de Covid.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades todavía tienen que autorizar la distribución de las dosis de refuerzo antes de que las personas puedan comenzar a recibir las vacunas, lo que podría comenzar este fin de semana.

La distribución amplia de vacunas de refuerzo es controvertida entre las autoridades de salud pública. La Organización Mundial de la Salud ha criticado a las naciones ricas por implementar terceras vacunas cuando las personas en los países más pobres tienen un acceso muy limitado a las vacunas Covid.

La OMS ha presionado para un mayor enfoque en ayudar a los esfuerzos de inmunización en el mundo en desarrollo, advirtiendo que podrían surgir nuevas variantes del virus y socavar la protección en países que ya han alcanzado niveles altos de vacunación.

Las inyecciones de refuerzo también han suscitado cierta controversia en los EE. UU., Ya que se están implementando en un momento en que el país está luchando por convencer a millones de personas de que incluso reciban su primera dosis. Más de 60 millones de estadounidenses siguen sin vacunarse.

Sin embargo, muchos estadounidenses desean una capa adicional de protección, ya que los datos muestran cada vez más que la eficacia de la vacuna contra la infección desaparece con el tiempo. Un estudio publicado en la revista Science este mes encontró que la efectividad de la vacuna de Pfizer, elaborada con la compañía de biotecnología alemana BioNTech, disminuyó del 86% al 43% de febrero a octubre de este año. La eficacia de Moderna contra la infección sintomática se redujo del 89% al 58% y Johnson & Johnson se redujo del 86% al 13%.

Sin embargo, las vacunas aún brindan un alto nivel de protección contra la hospitalización y la muerte, dicen los científicos.

Estados Unidos ha administrado más de 169 millones de dosis de la vacuna Moderna y más de 258 millones de dosis de la vacuna Pfizer. Los funcionarios de salud han administrado más de 16 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson.

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Con información de CNBC