Justin Trudeau, primer Ministro de Canadá, denunció el viernes que el país está pasando por una ola de vandalismo luego de que se hiciera público el descubrimiento de más de mil tumbas donde yacían los cuerpos de niños indígenas que fueron torturados hace 40 años aproximadamente.

Ciudadanos han manifestado su dolor y tristeza a través de redes sociales, mientras que otros más han sido los causantes de incendios en iglesias del país, así como del derrumbamiento de estatuas y monumentos dedicados a monarcas pasados como la Reina Victoria y la Reina Isabel ll.

A través de una conferencia de prensa, Trudeau se pronunció ante la gran cantidad de siniestros reportados en distintas zonas religiosas de la nación, calificando estos actos como vandalismo y recalcando lo inaceptables de las acciones.

El jueves 1 de julio, Canadá vio opacados sus festejos por el “Día Festivo Nacional de Canadá”, el cual celebra la autonomía del país norteamericano sobre Reino Unido, a causa de que varios ciudadanos se dieron a la tarea de cancelar las celebraciones para ‘ajustar cuentas’ y generar todo un caos en la nación.

Aunque el mandatario canadiense afirmó que los actos son “totalmente comprensibles” al tratarse de una situación tan delicada como lo es el asesinato de infantes, declaró que es necesario “buscar la reconciliación” y no incentivar este tipo de protestas que podrían poner en peligro la vida de otras personas.

Más de 10 iglesias de Calgary han sido vandalizadas, mientras que en otras ciudades como Winnipeg, manifestantes destruyeron la estatua de la Reina Victoria que se hallaba en la legislatura de Manitoba.

Por supuesto que Gran Bretaña no podría quedarse atrás en esto, y hace unos momentos emitió un comunicado donde condenaba las acciones de los habitantes, haciendo hincapié en el derribo de los monumentos de monarcas.

El hallazgo de los cuerpos vino a evidenciar el trágico pasado que aqueja a Canadá, pues fue entre la década de los 70 y 90 donde más de 150 mil jóvenes, niños y niñas de origen indio, fueron matriculados a la fuerza en 139 escuelas residenciales que se encontraban a cargo de la Iglesia Católica, todo esto. bajo el gobierno británico.

Al finalizar el anuncio, Gran Bretaña mostró su apoyo a la comunidad indígena afectada por los tristes sucesos, garantizando que aún están trabajando con el gobierno canadiense para tratar asuntos relacionados con este sector poblacional.

VIDEO RELACIONADO: Explosión en metro de Londres