Cuando circulamos por el bulevar Agua Caliente, justo donde estaba el Toreo de Tijuana, todos vemos el monumento a los Defensores de Baja California pero pocos saben que es un pequeño cementerio, el por qué se erigió, y cuál es su significado en la historia de Tijuana. Sirva este artículo para dar respuesta a dichas interrogantes.
El 22 de junio de cada año se celebra un acto cívico y militar en dicho monumento con el objeto de honrar a los héroes que protegieron a Tijuana y a Baja California, toda vez que fue precisamente ese día del año 1911, que fueron expulsados de nuestra ciudad, los mercenarios predominantemente extranjeros, quienes desde el 29 de enero invadieron y atacaron el territorio de Baja California con la intención de anexarlo a Estados Unidos o independizarlo de México. En esa época la Revolución Mexicana estaba en marcha en el norte y sur del país, pero nosotros acá en el noroeste estábamos muy descuidados del centro del país y con muy poca población, Tijuana contaba con 700 habitantes, así que se les hizo fácil invadirnos.
En el evento de este 2021, Armando Ramos, presidente de la Asociación de los Descendientes de los Defensores de la Baja California, A.C., fue el orador principal y dijo que: “El monumento se construyó con la finalidad de tener un sitio digno para recordar a los grandes héroes hombres y mujeres que con su sangre y sudor se aventuraron desde sus lugares de origen a formar los primeros poblados y rancherías, siendo muchos de ellos los pioneros de las ciudades y municipios que hoy tenemos en Baja California.
El Monumento a los Defensores de la Baja California de 1911 es un sinónimo de honra, de respeto, de admiración, de hombres y de militares que en un momento de incertidumbre defendieron la integridad del suelo donde se encontraban los hogares de un poblado pacífico, de trabajo y fronterizo. Este intento de anexión geográfica va mucho más allá, aquí se vivió la consecuencia por generaciones del asalto al territorio nacional.
En específico, el monumento es un referente visual y estructural que nos recuerda la importancia de nuestra Península, lo rica que es en diversos recursos. En 3 ocasiones grupos extranjeros intentaron apoderarse de ella; En 1911 casi lo logran, en Tijuana estuvieron 45 días desde el 9 de mayo hasta el 22 junio”.
Armando dijo que el objetivo principal de la Profa. Josefina Rendón Parra y la Junta Femenil Pro-Patria fue y es, como siempre lo manifestaron: “Esta obra es para que no olviden nunca, para honrar el legado de los valientes héroes que defendieron nuestra tierra de los invasores. Para que los jóvenes, los estudiantes y las familias pioneras que como decimos ya, esta frontera ha sido un baluarte inexpugnable de la integridad nacional” y “Para que la Juventud nativa sienta orgullo de haber nacido en este próspero girón de México”.
Se trata de un Monumento que conmemora la expulsión del movimiento Flores Magonista y del filibusterismo, la protección a la soberanía nacional. Siendo un altar a la defensa de la Península de Baja California.
El monumento construido en 1952 impulsa a Tijuana a un estado de modernidad en la década de los 50’s del siglo pasado, generando valores patrióticos a toda la población de la región, dando origen al Estado 29, es cuando nace Baja California como Estado Libre y Soberano en la República Mexicana.
Todo ello y mucho más representa el significado histórico y cultural del Monumento a los Defensores de la Baja California de 1911, su estructura con 8 escalones, 8 barreras horizontales en la altura señalando la intervención del glorioso ejército mexicano y su cementerio conmemorativo donde yacen los restos de 4 civiles y dos militares, elevan a Tijuana y a Baja California a categoría de Heroica.
O como tiempo después el Arq. Padilla Corona menciona: “Tijuana es una ciudad progresista “la cual a pesar de su juventud es digna de figurar en el concierto nacional” por “las gloriosas hazañas de los buenos californianos que sienten su responsabilidad y que han luchado aislados y en pequeños grupos con valor espartano”.
No solo es un monumento para recordar a los Defensores de Baja California que recuperaron el territorio el 22 de junio de 1911; también simboliza al octavo batallón de infantería procedente de Oaxaca quienes reforzaron las fuerzas federales para desalojar a los invasores en Baja California. Se trata de un monumento a la protección de la soberanía nacional, es un elemento arquitectónico e icónico en honor a los muertos en los acontecimientos de 1911 y a todos los hombres que participaron de forma activa y protagónica en la defensa de la península.
Armando dijo en su intervención y tiene mucha razón que: “la cultura es lo que el hombre ha creado en el devenir histórico, tanto en lo material como en lo espiritual, es por tanto que hablar de la defensa de Baja California 1911 y su monumento se convierte en cultura regional que debe conocerse y difundirse”.
Cualquiera que observe bien el monumento podrá detectar que en la parte superior se encuentra el escudo heráldico de las Californias, muy parecido al actual escudo de armas de Baja California Sur. Esto se debe a que los hechos reales fueron vividos por los pioneros bajacalifornianos que participaron en la defensa del territorio de Baja California, aunado a la gran identidad entre los pueblos de ambas entidades. Hay que recordar que entre 1824 y 1848 se consideraba a las dos Californias, Alta California y Baja California, como una sola entidad política llamada Californias, que se dividía en los dos territorios. La sede de ambas Californias estaba en Monterey, Alta California, con una subsede para Baja California Sur que estaba en Loreto.
Al perder la Alta California en 1848 a consecuencia de la guerra con Estados Unidos, la península se dividió en dos categorías políticas llamadas “partidos”, cuya línea divisoria entre ambos fue el paralelo 28, esto fue entre los años de 1848 y 1887. La capital del Partido Sur fue La Paz, la capital del Partido Norte de Baja California fue en San Vicente (1848-1851), El Rosario (1851), Santo Tomas (1851-1872), Real del Castillo (1872-1882) y Ensenada (1882-1887).
En 1888 el gobierno central de México decidió cambiar la categoría política de “partidos” a Distritos, situación que prevaleció hasta 1931. Así surgió el Distrito Norte de Baja California y el Distrito Sur de la Baja California. Con esta nueva categoría la parte norte peninsular se independizó políticamente de la parte sur, Ensenada siguió siendo la capital (1888-1914), después la capital se trasladaría a Mexicali (1915-1931).
En 1931, siendo presidente de México Pascual Ortiz Rubio, cambió la categoría política de la península y los Distritos pasaron hacer Territorios, así nació el Territorio de Baja California y el Territorio de Baja California Sur, el límite de ambos siguió siendo el mismo que prevalece hasta nuestros días, el paralelo 28. Mexicali y La Paz siguieron siendo la capital de cada uno de los territorios.
Los testimonios de los supervivientes, viudas, jóvenes y niños huérfanos, como también de periodistas extranjeros, parte de guerra escritos por el ejército mexicano demostró que en 1911 por primera vez se despierta el sentido de identidad y pertenencia en los Bajacalifornianos. Los hechos vividos, la memoria escrita y oral se centra en la creación del Parque Teniente Guerrero y la construcción del Monumento a los Defensores de Baja California.
Por todo lo anterior, la referida Asociación Civil busca que dicho Monumento sea declarado como Patrimonio Cultural de Baja California, varios grupos de la sociedad civil y muchos tijuanenses aprobamos esa decisión, por lo que esperamos que el Consejo del Patrimonio Cultural del Estado de Baja California apruebe en este 2021 la solicitud planteada y así, el monumento se preserve y se proteja.
Alvaro E. Montaño Rubio
Autor de “Welcome to Tijuana”
www.welcometotijuana.info
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