Asia es uno de los continentes más afectados por la pandemia, pues en algunos países de la región ya han comenzado a sufrir los estragos de una cuarta ola del virus SARS Cov-2, lo que ha provocado un ascenso desmedido en contagios y decesos causados por la enfermedad infecciosa.

Algunos territorios donde ya se consideraba el control total del covid-19, como es el caso de Taiwán, han vuelto a notificar más de mil casos positivos en una semana, teniendo que ordenar confinamiento durante 2 semanas a más de 600 mil personas.

Mongolia es otra de las ciudades más afectadas, donde se registra un aumento en la cifra de fallecimientos covid que pasó de 15 a 233.

En el caso de Hong Kong y Singapur, ambas localidades quienes estaban por eliminar la iniciativa de guardar cuarentena a los viajeros que visitaran sus territorios, se han visto en la necesidad de aplazar la cancelación de dicha estrategia, tras detectar un rebrote en Singapur. China por su parte, a pesar de haber eliminado casi en su totalidad los contagios locales, diagnosticó nuevos casos relacionados supuestamente con turistas extranjeros.

Malasia declaró un mes de cuarentena nacional, periodo que finalizará el próximo 7 de junio, tras detectar un rebrote de casos donde incluso se han diagnosticado variantes de covid-19 con un nivel de transmisión mayor al del virus común. Este decreto marcó la segunda ocasión en que autoridades recurren al confinamiento federal en un año.

En Filipinas, las infecciones comenzaron a subir en marzo, reportando una de las peores cifras jamás registradas en Asia al contabilizar cerca de 10 mil contagios diarios.

A pesar de que el repunte no ha alcanzado el nivel de India, donde se han registrado más de 90 mil casos y 4 mil decesos en un solo día, los índices permanecen como una advertencia de que aún el coronavirus está presente en el mundo y no ha llegado el momento de bajar la guardia.

Expertos informan que la distribución de la vacuna anti-covid en el país, aún cuando se ha realizado lentamente en el continente, suscitó un exceso de confianza en la ciudadanía, provocando así que los contagios volvieran a repuntar cantidades exorbitantes.

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