Es inevitable contrastar las manifestaciones actuales a favor de los derechos humanos, la justicia y la inconformidad hacia el gobierno con lo que ocurrió el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, donde decenas de estudiantes y civiles fueron asesinados por militares y policías bajo el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz con el objetivo de reprimir a la oposición política.

La libertad de expresión sigue siendo limitada, aunque de manera disfrazada. Se tacha de conservadores y “fifís”a los medios que critican a la 4ta Transformación y la fuerza pública sigue realiza detenciones y haciendo uso excesivo de la fuerza a manifestantes que, en muchas de las ocasiones, alzan la voz de manera pacífica.

Hoy se conmemoran 52 años desde aquellos trágicos eventos, por lo que el famoso “2 de octubre no se olvida” prevalece en la mente de los mexicanos quienes les rendirán tributo, como es costumbre, con un acto solemne en la Plaza de las Tres Culturas.

El comité del 68 rendirá hoy un homenaje especial a los estudiantes con un minuto de silencio, y también realizarán obras de teatro y otras actividades culturales; todo en un acto pequeño, siguiendo las recomendaciones por la crisis sanitaria del Covid-19, por lo que anunciaron que no habrá una marcha.

Por su parte la policía capitalina y la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien dio un discurso, hicieron acto de presencia e izaron la bandera a media asta en el lugar de la matanza.

En conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a los jóvenes a que no dejen de hacer política, pero con principios, con mística y con amor al pueblo. “Ese es el político nuevo”, dijo.