Hace unos días estuve recorriendo la carretera federal México 1 y en una escala para comer los famosos burritos de langosta y jaiba en el restaurante Mama Espinoza, ubicado en El Rosario, platique con los hermanos Héctor y Alejandro Espinoza Arroyo, quienes me aportaron información muy valiosa e interesante relativa a los antecedentes de la vialidad que recorre toda la península de Baja California, desde Tijuana hasta Los Cabos.

Alejandro, reconocido historiador nativo de El Rosario, el poblado de origen misional fundado en julio de 1774, lo que lo convierte en el más antiguo de Baja California, me decía que varios tramos de la carretera se basaron en lo que fueron las veredas milenarias, esas que trazaron y recorrieron las comunidades. Los primeros pobladores hicieron sus propios caminos para ir a cazar, a la playa a pescar o a otros puntos. Cuando los misioneros llegaron a nuestras tierras también respetaron esos senderos para hacer sus rutas y, en el caso de que esa ruta uniera una misión con otra, le llamaron Camino Real Misionero.

Ese Camino Real Misionero era largo, iba desde la Misión de San José del Cabo hasta la Misión de San Francisco Solano en Sonoma, ubicada en el norte de California, aunque los norteamericanos le llaman Camino Real al que va desde esta última misión a la Misión de San Diego de Alcalá y, al que recorre las misiones en nuestro estado y Baja California Sur, le llaman Camino Real Misionero de la Baja California.

Rápidamente recordamos que los Jesuitas llegaron a Loreto en 1697, construyeron varias misiones en nuestra península, básicamente en Baja California Sur y, en 1768 salieron de los territorios españoles. La corona española asignó a las órdenes religiosas formadas por los Dominicos y Franciscanos continuar con la labor misionera en estas tierras. Los franciscanos no perdieron mucho el tiempo y al año construyeron la Misión de San Fernando Rey de España de Velicatá (1769), en la zona de El Rosario, que por cierto fue la única que fundaron en B.C. Ahí mismo pactaron con los Dominicos la separación del territorio peninsular y lo dividieron en Alta California y Baja California. Tijuana quedó situada en la Alta California. Los Franciscanos se fueron al norte y en julio de 1769 fundaron la Misión de San Diego de Alcalá, esa fue la primera de 21 que fundaron en la Alta California, la última fue la de Sonoma en 1823, cuando México ya se había independizado de España. Aquí se quedaron los Dominicos y fundaron algunas otras misiones más, siendo la ultima la misión de Nuestra Señora de Guadalupe del Norte en el Valle de Guadalupe en 1834.

Lo interesante de todo esto, es que podemos situar que algunos tramos de nuestra icónica carretera se basaron en las veredas y rutas históricas, mientras que en las modernas carreteras de California pasó exactamente lo mismo en varias secciones, así sucedió en el tramo de la U.S. Route 101, Los Ángeles a San José; también en la ruta estatal 82, San José a San Francisco; en la U.S. Route 101, San Francisco a Novato; en la ruta estatal 37, Novato a Sears Point; en la ruta estatal 121 de Sears Point a Sonoma, entre otras.

Como la península de Baja California está muy lejos del centro del país, los gobernantes mexicanos no volteaban a vernos, Porfirio Díaz si lo hizo, solo para buscar minerales y minas que explotar. Hasta después de la Revolución Mexicana se da el primer intento, del que se tiene noticia para unir en forma definitiva las poblaciones del noroeste peninsular, por lo que queda consignada hacia fines de 1916. Efectivamente fue el 10 de diciembre de ese año, siendo delegado de Gobierno en Tijuana Silverio I. Romero, cuando se firmó el contrato con los hermanos Rubén y Manuel Barbachano para la construcción de la carretera Tijuana-Ensenada, a trazar sobre el mismo “camino de los misioneros”.
Durante el periodo del Presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) impulsó el Programa de Construcción de Caminos y en nuestra región aprovechó los trabajos iniciados en el régimen del Coronel Esteban Cantú, para extender la carretera Tijuana-Ensenada hasta San Quintín.

Después, el mundo entró en guerra y nuestro Presidente Manuel Ávila Camacho vio la manera de proteger la soberanía y por tanto, mandó iniciar los trabajos de la carretera para unir la ciudad de La Paz con la Base Naval de Bahía Magdalena, en Baja California Sur. En su primer informe de gobierno menciona por primera vez la carretera Transpeninsular.
Siendo Presidente de México Adolfo López Mateos, hace referencia a la carretera y al territorio de Baja California Sur, diciendo que “ha quedado asfaltado hasta el kilómetro 212 de la Carretera troncal que va de La Paz hacia el Paralelo 28, habiendo ya rebasado Villa Constitución y se continúa la ampliación y construcción de la de Loreto a Santa Rosalía”. Con esta información se confirma que la México 1 fue construida en tramos y por etapas, ya que la lejanía del centro del país dificultaba el traslado de maquinaria y materiales para su continuación.

Durante la gestión de López Mateos (1º de diciembre de 1958 al 30 de noviembre de 1964) también se proyectó y se iniciaron los trabajos de la carretera escénica Playas de Tijuana-Ensenada, pero es durante el periodo de Gustavo Díaz Ordaz (1 de diciembre de 1964 al 30 de noviembre de 1970) cuando entra en operación la autopista más bonita de México, corría el año de 1967, desde entonces se paga el peaje por transitar sus 98 kilómetros, la cual fue otorgada a Caminos y Puentes Federales de Ingreso (CAPUFE) por dicha administración.

Sin duda fue Díaz Ordaz quien le dio un impulso fuerte a la construcción de la carretera federal número 1, pues sabía de la importancia de la vialidad para la integración económica y de enormes posibilidades turísticas para las poblaciones de la península. Luis Echeverría Álvarez lo sustituyó en la presidencia y siguió esa ruta, al destinar un porcentaje importante del presupuesto para concluirla, fue precisamente al Presidente Echeverría al que le tocó unir todas las partes de la carretera que llevaba años, décadas en construcción.

Fue el 1º de diciembre de 1973 cuando la comitiva de Echeverría arribó al Paralelo 28 para hacer la inauguración formal de la carretera, para tales efectos se erigió un águila estilizada, cuyas alas enlazan las dos Californias peninsulares, unidas por el alma de la estructura, que es la patria. Este monumento enclavado en el desierto del Vizcaíno es visible desde 5 kilómetros de distancia.

Con 1,711 kilómetros la carretera federal México #1, bautizada por el Presidente Luis Echeverría como “Carretera Transpeninsular Benito Juárez”, conecta las Californias de punta a punta. Inicia en Tijuana, la frontera más transitada del mundo y da fin en Cabo San Lucas, Baja California Sur. Con cientos de atractivos, vistas generosas, paisajes y puntos naturales, la ruta es recorrida por miles de turistas internacionales y nacionales cada año. Al mismo tiempo es un símbolo para todos los bajacalifornianos. Si aún no la recorres completa, puedes empezar por tramos, hay mucho que ver en Baja California y en Baja California Sur, y es precisamente la carretera México 1 la vía para recorrerla ¡la vas a disfrutar!.

Álvaro Montaño Rubio
Autor de “Welcome to Tijuana”.