Si algún hecho se había rescatado desde que inició la pandemia era el que el medio ambiente estaba recibiendo nuestro confinamiento de forma positiva: los lagos de se estaban limpiando, se avistaron animales que hacía años no se veían, la capa de ozono estaba sanando y mucho más.

Sin embargo, el día de hoy el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró a Rusia en estado de emergencia debido al derrame de unas 21 mil toneladas de diésel en el Círculo Polar Ártico ocurrido hace una semana.

Greenpeace alertó de un posible daño ambiental y declaró que “se está contaminando decenas de miles de veces por encima de la norma” y que aunque el daño es muy grande, hay muy pocas cosas que se pueden hacer para remediarlo.

Este accidente no es cualquier cosa: es el segundo más grave de la historia rusa en cuanto a sustancias tóxicas liberadas. De acuerdo al medio Omnia, la última vez que algo así sucedió fue 1994 en la región de Komi.

Con información de Omnia

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