La Organización Internacional del Trabajo indicó recientemente en una conferencia de prensa que más de uno de cada seis jóvenes alrededor del mundo ha dejado de trabajar desde que comenzó la pandemia por Covid-19, mientras los que siguen laborando han visto una reducción de las horas de su jornada en un 23 %.

En el documento titulado El Covid-19 y el mundo del trabajo. Cuarta edición, se recalca que los jóvenes, especialmente las mujeres, son los que más padecen las consecuencias sociales y económicas de esta enfermedad, corriendo el riesgo de pasar a constituir una “generación de confinamiento”.

La interrupción de los programas educativos, la perdida de empleo, de ingresos, así como dificultades para encontrar trabajo, son solamente algunos de los retos a los que este sector poblacional se enfrenta en la actualidad.

Con base en la encuesta realizada por la OIT y la Iniciativa Global sobre Empleo Decente para los Jóvenes, alrededor de la mitad de los alumnos ha dicho que probablemente concluirán sus estudios con retraso, y el 10% prevé que no podrá terminarlos, se estima, a su vez, que la mitad de los jóvenes ha pasado a encontrarse en una situación de vulnerabilidad haciendo frente a episodios de depresión o ansiedad desde el inicio de la pandemia.

“Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas. Si su talento y energía son marginados por falta de oportunidades o de competencias, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una mejor economía post-COVID”, declaró Guy Ryder, Director General de la OIT.

El organismo pide respuestas políticas urgentes, concretas y a gran escala dirigidas a apoyar a los jóvenes, incluidos programas amplios de garantía de empleo/formación en los países desarrollados, programas intensivos en empleo y garantías en las economías de ingresos medios y bajos.

Con información de la Organización Internacional del Trabajo