La historia es fascinante. Esta representa un testimonio de nuestro pasado y un legado invaluable para la humanidad.

El martes 26 de mayo se anunció el hallazgo de un velero hundido hace más de 200 años en Quintana Roo.

La embarcación, cuyo naufragio ocurrió, quizás, a finales del siglo XVIII o inicios del XIX, hizo un intento desesperado para evitar la catástrofe lanzando un ancla al mar para sujetarse de un arrecife, pero sus intentos fueron en vano, informaron los arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología a Historia.

El hallazgo fue producto de un incesante trabajo de investigación, y hoy en día continúa pese a la contingencia sanitaria por Covid-19.

De momento se desconocen las dimensiones del velero y su cargamento, pues la zona en que se encuentra, al sureste de Banco Chinchorro, es compleja “Yace directamente en la barrera arrecifal donde la corriente marina es fuerte”, indicó Laura Carrillo, arqueóloga encargada del proyecto.

Lo anterior, aunado a que el pecio está a escasos dos o tres metros de la superficie del mar, hace que prácticamente no queda nada del casco de madera, pues el material orgánico de dicha estructura se ha desintegrado con el paso de los siglos.

Entre los datos revelados se indicó que posiblemente la embarcación tenía procedencia británica, y en el lugar se encontraron algunos lingotes pig iron, lastre, tubos, un cañón de aproximadamente 2.5 metros de largo y un ancla de “almirantazgo”.

Con información de INAH