Los nuevos métodos de enseñanza en tiempos del coronavirus han representado todo un reto para comunidad académica, no solo para los maestros y alumnos, que ahora reciben clases en casa, sino también para los padres, muchos de los cuales no comprenden las nuevas herramientas tecnológicas o cuyos hogares ni siquiera cuentan con acceso a internet.
El día del maestro este 2020 será diferente. Son numerosos profesores quienes dicen sentirse extraños de impartir sus materias por otros medios, lo cual ha implicado un proceso de adaptación. Desde el mes de abril, debido a la emergencia de salud por el Covid-19 y a las medidas de sana distancia, miles de niños y jóvenes han usado aplicaciones digitales como Zoom o Whatsapp para recibir educación.
Las instituciones académicas han brindado poca capacitación a sus docentes, por eso, en los hogares, quienes han guiado a los maestros a utilizar dichos programas, han sido sus propios hijos, quienes entienden con mayor facilidad su interfaz y pueden darles tips a sus padres sobre las múltiples posibilidades de uso.
Dar clases a través de una cámara web no es lo mismo que estar presentes, y aún a pesar de que el cambio ha sido difícil pues conlleva estrés por las diversas limitantes, los académicos ven la forma de poder enviarle material de trabajo a sus alumnos, hacer planeaciones, organizar grupos y calificar tareas.
Diversos docentes han expresado su tristeza por no ver en persona a sus alumnos en este día tan especial, donde siempre reciben muestras de afecto y reconocimiento, sin embargo, la alternativa digital ha llevado a muchos estudiantes a interpretarles las mañanitas, quienes de paso no pierden la oportunidad de motivar a sus profesores; por eso y más, se muestran entusiasmados por volver a la normalidad e interactuar de frente nuevamente con sus pupilos.
La situación es distinta para los padres de familia, no solo para quienes no poseen acceso internet, que son los más afectados, sino para los más afortunados que sí cuentan con el servicio e incluso numerosos dispositivos de acceso, pues aún implica su grado de dificultad, más aún para los que tienen dos hijos o más que deben compartir la computadora, el smartphone o la tablet para recibir las clases. Resulta complicado coordinar horarios que muchas veces coinciden con los de los hermanos; los padres a su vez, deben estar presentes para conectarse a tiempo a las sesiones y asegurarse de que sus hijos tomen los apuntes o los encargos de la escuela, eso aunado a las labores del hogar, se ha convertido en una labor sumamente demandante.
Sea cual sea el panorama para los alumnos, padres o maestros, debemos estar conscientes de que vivimos una situación sin precedentes que marcará un antes y un después en el sector educativo, y que precisamente esos cambios sirven para adaptarse y actualizar las estrategias de enseñanza; porque siempre, ante una adversidad, llegan nuevas oportunidades para ser mejores.
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