Joker no deja de impactar a espectadores y críticos en tan poco tiempo de haber llegado a salas de cine. Y es que la película pone sobre la mesa muchos temas, desde los políticos, la salud física-mental de un individuo y de la sociedad a la que pertenece, así como las fracturas emocionales que pueden resonar desde la niñez hasta la etapa adulta. Por otro lado, muchos se sienten fascinados por la estética del filme. El discurso visual-auditivo de Todd Phillips ha sido bien recibido para una gran cantidad de espectadores; en redes sociales se encuentran incontables imágenes del Joker vestido con su característico traje, mientras realiza un baile que es todo un hito para los que ya son fans de la reciente película.
Conocer las anécdotas detrás de la grabación de una producción cinematográfica siempre ayuda al espectador a involucrarse más con lo que tiene frente a pantalla. Y aunque es un hecho que nunca seremos sensibles a absolutamente todos los detalles de una película, es increíble cómo podemos resignificar momentos precisos del filme cuando somos conscientes de lo se necesitó para lograr el resultado. Esto es lo que nos aporta conocer el guión de una película, nos hace sentirnos dentro y a la vez se vuelve toda una incógnita cuando nos damos cuenta que lo que el papel dice, no es precisamente lo que vimos en pantalla; muchos actores tienen permitida la libertad creativa para realizar cambios que mejoren el filme. Y esto ocurrió durante las grabaciones de Joker.
Todd Phillips nos narra cómo fue que se modificó el guión que había escrito junto a su coguionista, Scott Silver. A pesar de que ambos tuvieron en un principio una idea clara de lo que el payaso realizaría después de cometer su primer crimen (el que definiría su destino durante el resto de la película), el desarrollo del personaje por parte de Joaquin Phoenix, hizo que el propio Phillips se diera cuenta que era necesario darle un giro a la escena. El director relata lo ocurrido ese día de grabación de la siguiente manera:
En el guión, Arthur tenía que entrar al baño, esconder su arma, lavarse el maquillaje, mirarse frente al espejo y decir: “¿Qué he hecho?”. Cuando llegamos al set ese día, Joaquin y yo pensamos que esto no se parecía mucho a algo que Arthur haría. ¿Por qué a Arthur le importaría esconder su arma? Exploramos un millón de diferentes formas de hacerlo. Pasada una hora, dije: “Ey, tengo esta música de Hildur Guðnadóttir, nuestro compositor”, sólo quería ponerle esta música a Joaquin cuando él comenzó a bailar. Sólo estábamos él y yo en el baño. Había 250 personas del equipo esperando afuera. Él sólo comenzó a bailar, nos miramos el uno al otro y supimos que ésa era la escena. Tuvo sentido para nosotros. Cuando conocí por primera vez a Joaquin le dije que Arthur era una de esas personas que tienen la música en sí. La música y la danza se convirtieron en un tema en la película. Ésta es la segunda vez que lo vemos bailando y es un poco más Joker
En efecto el baile se volvió un sello del personaje durante la película, y es que junto con la risa patológica y el soundtrack de fondo, sin duda Phillips logró un efecto bastante particular sobre su interpretación del conocido archienemigo de Batman. Por supuesto, no está de más destacar la habilidad del actor Joaquin Phoenix para encarnar el desorden mental, la soledad y el desahucio.
Desde que la película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia, varios críticos han coincidido en la actuación de Phoenix fue magistral, incluso sugieren que se merece la nominación al Oscar (otros quieren que sí se le otorgue la estatuilla). Sin nominación por ahora, el actor de filmes como Gladiador y María Magdalena, ha demostrado que su calidad actoral es alta y seguramente será reconocido como merece.
*Vía Tomatazos.
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