Una de las mejores cosas de vivir en una ciudad como Tijuana, es irte de ella por unos dias. ¿Cual podría ser el lugar indicado para ir?

Ensenada puede ser una buena opción. O eso es lo que me cuenta Diana, una amiga estudiante de psicología de 22 años.

Me encontraba con ella y con Sergio, estudiante de cine, también de 22; con Alexandra, estilista y fotógrafa, 22 para no variar y Jasper, en el Cabanna de Paseo Chapultepec.

No íbamos ni a la mitad de nuestros platillos cuando Diana empezó a platicar una anécdota que tuvo hace una semana con unos amigos.

—Bien, les contaré —dice Diana.
—Angela, una amiga y su esposo Ricardo, me invitaron a pasar el fin de semana con ellos en su casa de Ensenada. Son esa clase de matrimonio joven y “perfecto.” Ya saben, de esos que parecen sacados de un catálogo. Si su casa no hubiera estado frente a la playa los hubiera odiado.

—Interés ante todo —dice Jasper.

—En fin, todo parecía ir normalmente. Cenamos comida china, deliciosa, mientras ellos me contaban de su vida como esposos y yo a ellos mis aventuras con chicos. Bebimos un poco de Vino y nos fuimos a dormir a las cuatro de la madrugada.
Al despertar me sentía radiante y muy descansada, eran las nueve de la mañana, fui al baño a lavarme la cara y cepillarme los dientes, estaba tranquila hasta que…

—¿Hasta que? —preguntamos al unísono.

—Bueno, al salir del baño me tope a Ricardo.

—¿Y? —interrumpe Jasper.

—He was naked.

—¿Se iba a meter a bañar? —pregunta Sergio.

—No… tenía un vaso con jugo en la mano.

—Ay por Dios, ¿y se te insinuo? —pregunta Alexandra.

—No realmente. El estaba solo ahí —continúa. —Me dijo buenos días, me sonrió, bebió y luego siguió caminando hasta la habitación. Luego al reaccionar sentí que era demasiado para ser las nueve de la mañana.

Diez minutos más tarde llegó con una bolsa de papel, creo que con lo que haría el desayuno, me pregunto que tal me encontraba, dije que bien y le comente acerca del incidente con su esposo.

—¿Cómo reaccionó?

—Pues solo me vio con coraje y no había pasado ni una hora cuando estaba en un camión de regreso.

—Entonces, ¿se te estaba insinuando? —pregunto curioso.

—No lo creo, no parecía eso.

—Probablemente quería presumir… ¿estaba bien reportado? —pregunta Alexandra.

Diana se pone pensativa por unos segundos y con el tenedor en mano apunta al gran pimentero de cristal que se encontraba en el medio de la mesa.

—Oh wow… ya entiendo porque dices que son un matrimonio feliz, ¿es atractivo?

—Digamos que tiene un parecido con Robert Downey Jr. cuando era más joven.

—¡Vaya tipazo! —dice Sergio comiendo de su ensalada.

—Pero bueno, antes de salir de su casa le pregunté el porqué estaba tan molesta y ella me respondio que no entendía porque soy soltera.

—¿Ser soltero es sinónimo de que somos idiotas? —pregunto al notar que todos en esa mesa somos solteros.

—Yo creo que lo dijo porque se sentía amenaza por ella al ser soltera —dice Sergio.

—¿Entonces los solteros acechamos las casas de los casados para ver a alguno desnudo? —pregunta Jasper conteniendo su risa. —Prácticamente al momento que se convierten en una pareja nos convertimos en el enemigo.

—Las parejas casadas están amenazadas porque podemos tener sexo donde sea, cuando sea y con quien sea, por lo cual creen que eso incluye a sus parejas —dice Alexandra.

—No me acostaría con una chica casada —dice Sergio incómodo.

—Pues —le interrumpe Jasper. —no puedes estar del todo seguro, los anillos se quitan fácilmente y pueden mentir con respecto a su estado civil.

—Esa es la razón por la cual prefiero estar soltero y no tener absolutamente nada con nadie —digo.

—No, tu no andas con nadie porque estás loco y aunque tu pareja te sea fiel, seguro te harás películas en tu cabeza, como lo haces con tus amigas —suelta Jasper.

—El punto aquí y dejando de lado los celos enfermizos de este tonto, los solteros somos una amenaza —dice Alexandra.

—Pero la culpa es ellos mismos, no de nosotros —dice Sergio, quien acostumbra a acostarse con las chicas que conoce en los antros.

—No creo que todas los matrimonios piensen así —dice Diana, quien desea casarse.

—Eso te creo —dice Jasper. —Los matrimonios que no te temen, se conmueven.

—Oh come on, that’s bullshit.

—Vamos, no me digas que nunca has recibido esas miradas de “ay, pobre soltera” “que sola debes de estar” o la típica tia que te pregunta, “¿y el novio pa’ cuando?”

—Odio eso —digo.

—Bueno, sí. De igual forma lo detesto, o sea tipo, voy con mi familia o con mis amigos quienes tienen novios o novias y en muchas ocasiones me tratan de presentar con alguien o me ven como si fuera…

—Leprosa —dice Jasper.

—No, yo creo que como una chica Teletón —dice Alexandra.

—O como una puta —digo.

—¡Exacto! De hecho una vez, una amiga se enojo conmigo porque creyó que le estaba coqueteando a su novio. ¡Solo me estaba contando un chiste!

Todo esto me hizo preguntarme, ¿es verdad? ¿los solteros y casados somos una especie de enemigos? ¿Existe una guerra fría entre estos dos bandos?

Ser “realista”

—Quiero mucho a mis amigas, aunque no sé por qué todas están solteras, pero ahora que estoy a punto de casarme las veo mucho menos. Me recuerdan a mi, cuando estaba desesperada. Yo decidí crecer y enfrentarme a la realidad, mientras que ellas llevan una vida solitaria y muy… fea —me comenta Esmeralda, 28 años, maquillista.

Bye, amigos.

—Cuando las mujeres están casadas o tienen novio se olvidan de ellas mismas, ya no son sólo ellas, se convierten mágicamente en un nosotros. Ya sabes, nosotros fuimos, nosotros hacemos, etc. —comenta Cecilia, 31 años, Chef.

—Exacto, no sabes cuanto extraño a mi mejor amigo. Estuvo de novio con una chica que me odiaba sin razón alguna, desde que se casaron no lo veo. ¿Ahora quien crees que ve los partidos de fútbol sólo? —comenta Jesús, maestro de baile, 32 años.

Rápidamente me recuerdo de una amiga llamada Jaz, quien desde que empezó a tener una relación amorosa con un chico, casi no hablamos como solíamos hacerlo. Ale (estudiante de comunicación, 21 años) y yo solíamos ir con ella a comer, al trabajo de sus padres entre semana, pero ahora tiene toda la semana ocupada, gracias a él.
En una ocasión hablamos de ello y negó rotundamente diciendo que éramos nosotros quienes no le hablábamos mas.

—No la entiendo —dice Ale. —Y creías que yo sería así…

—De hecho solo lo hiciste una vez.

—¿Cuando? —pregunta ofendida.

—La vez de la carrera en el Caliente que te fuiste con la Chofis a Rosarito…

—Oh.

—Pero ella es otro nivel.

Nosotros

Hace un año, quería ir a Fashion Valley en San Diego a comprar una camiseta, por ello le comente a mi buen amigo Gustavo (23 años, ) que me acompañara.
Nos quedamos de ver en Plaza Las Brisas, el pasaría por mi en su auto. Cuando llegó giré los ojos: lo primero que note fue que en el asiento del copiloto estaba su novio (ahora ex) Jonathan.
Cuando subí al auto y le comente que creí que íbamos en plan de amigos, el me dijo que Jonathan se estaba quedando en su casa y básicamente se convertían en nosotros.
Y por supuesto que me constaba, siempre que le decía que saliéramos a comer o lo que sea, llegaba con Jonathan como si fueran siameses, lo cual era bastante enfermo.
Cuando terminaron Gustavo me dijo que Jonathan era quien no quería despegarse porque sentía celos. Además de que le pagaba todo, claro.

Ya era el colmo. Primero Ale, después Gustavo, después Lizzie, ahora Jaz… ¿acaso hubo una especie de acuerdo donde todos tenían que encontrar pareja? ¿Estar en una relación te impide salir con tus amigos?

Te presento a alguien

Salí a una reunión con unos conocidos (Laura, abogada 26 años y Felipe, administrador 28 años) que llevan varios años de noviazgo, pero no se animan a casarse, creen que eso destruiría su felicidad.

—¿Y no quisieras andar con alguien? —pregunta Felipe a quien había conocido en un evento de animación japonesa. —¿No has visto a…?

—Ni se te ocurra nombrar a ese ser humano —le interrumpo. —Y por obligación no. Claro que a veces me gustaría salir con alguien… pero que flojera, prefiero estar solamente al pendiente de mi.
—¿Pero si conoces a alguien que realmente te agrade? —pregunta Laura. —¿Lo intentarías?

—Of course. Why not?

Y justo ahí es cuando noto las miradas de complicidad que se echa la parejita frente a mi. Frunzo el ceño y proseguimos a terminar nuestros desayunos. Al estar tomando el postre, una persona llega a nosotros.

—Hola, cuanto tiempo sin verles.

—Dios ¡Que sorpresa! ¿como estas?

Casualmente le invitan a tomar el desayuno con nosotros y me presentan, pensé en lanzarles una mirada asesina pero me contuve ¿que podría salir mal?
Esta persona no me causaba un verdadero interés, hasta que empezó a hablar de libros, le di una oportunidad.
Salimos dos ocasiones más (como si fuéramos una pareja) y realmente no aguantaba mucho, todo el tiempo fui cortés, pero básicamente yo llevaba toda la platica, esa persona solía ser muy callada y aburrida, hasta que pregunto lo inevitable.

—¿A qué edad piensas casarte?

—¿Eh?

—Sí, o sea, necesitas pensar en que edad seria la correcta, para así ver al cuanto tiempo te gustaría tener hijos.

Estuve a nada de escupir mi frapuccino en su cara, para colmo me preguntó si quería adoptar o de la forma natural, porque no tendría problema si quisiera adoptar. Realmente no daba crédito a lo que decía, pero sin duda esa era la señal que necesitaba.
Para no ser grosero, le cambie de tema y al paso de las horas le dije que tenía que retirarme, nos despedimos y al llegar a mi casa le bloqueé de WhatssApp, Facebook e Instagram. Me sentía agotado. Esta experiencia no se la había contado a nadie.

Mientras analizaba cada uno de los puntos de vista y la práctica de soltería y relación, pensé en algo. Tal vez la pelea entre estos dos bandos es como la guerra de Irlanda del norte, es una batalla tan larga que no sabe con exactitud cómo detenerla. No dudo que sería genial encontrar a una persona con quien volver a casa, ir a comer, viajar, pero a veces no hay nada mejor que verte con tus amigos solteros para una noche de diversión, porque para eso es la vida, ¿no? para disfrutarla.

Y tú ¿has cambiado a tus amigos por tu novio o novia? ¿prefieres a tus amigos o a tu pareja?

javiermoren1998@gmail.com