San Diego

La Patrulla Fronteriza investiga las aguas negras mexicanas

Esto, para conocer el efecto que están teniendo sobre los migrantes en detención y sus propios agentes

El tema del agua es uno internacional. Desde 1944 se han hechos tratados entre México y Estados Unidos, para regular el agua, específicamente aquella que nos toca a uno y otro país tanto del Río Bravo como del Río Colorado.

Los ríos internacionales, así, son parte de los temas transfronterizos que uno y otro están obligados a atender. Sin embargo, hay otro tema que hoy vincula el agua con la migración ilegal desde México hacia el vecino del norte: las aguas residuales.

Como sabemos, el agua del Río Tijuana se descarga en las playas de San Diego a través de su estuario. Se trata así de una cuenca internacional aunque no estemos acostumbrados a pensarla de esa manera. Lamentablemente, esas descargas son de aguas altamente contaminadas.

En teoría deberíamos de tratarlas, mandarlas limpias o lo más posible. Sin embargo, la realidad es otra. No pasan por un proceso, en planta, para ello.

Las aguas negras residuales han venido afectando no solo al ecosistema marino o costero. Algo que las autoridades no han volteado a ver son los efectos entre los migrantes ilegales y los agentes de la patrulla fronteriza y todas aquellas personas con las que se relacionan en su vida cotidiana.

La vigilancia de las redes de drenaje que llevan estas aguas al otro lado de la frontera obliga a los vigilantes a estar en contacto permanente no solo con basura, sino con heces fecales.

VÍDEO: la conaminación del Río Tijuana afecta la salud de los agentes de la Patrulla Fronteriza y de los migrantes por igual.

El testimonio de estos apunta a enfermedades estomacales y de las vías respiratorias por lo en el aire se encuentra. Ellos y, por supuesto, los migrantes que son capaces de sumergirse en ellos para no ser descubiertos por las autoridades migratorias.

Así, esto supone un riesgo enorme para todos. No solo se trata del contacto de los agentes de la Patrulla Fronteriza con los migrantes que tuvieron trato directo con las aguas negras, sino de ambos con otros internos en los centros de detención y trabajadores de escritorio y de éstos hacia sus hogares o con todos aquellos con los que tienen roce de una u otra forma incluso fuera del horario de trabajo.

El riesgo de esparcimiento de cualquier infección es latente. Esto puede provocar algún tipo de epidemia. Los enfermos empiezan a reportarse. La Patrulla Fronteriza reclama atención a este asunto. Está dispuesta a invertir parte de su presupuesto, a pesar de no ser su área de especialidad, en estudios para medir adecuadamente el tamaño del fenómeno que ya se está presentando.

*Con información de KPBS.

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