Para el oficial José Luis Cota, del sistema de Aduanas y Protección Fronteriza, las mujeres inmigrantes sin autorización, de las cuales tomó huellas digitales y procesó su regreso a México, no eran solo detenidas eran clientes potenciales, dicen los investigadores.
Así fue como Cota conoció a una mujer, que acabó informando a las autoridades sobre sus ofrendas de ayudar a contrabandear detenidos a los Estados Unidos información que puso en marcha una investigación secreta, la cual llevó al arresto del oficial fronterizo en septiembre, esto de acuerdo a los documentos de la corte.
También es como supuestamente conoció a su compañera de negocios, Miriam Juárez Herrera, quien es acusada de cruzar a varios inmigrantes por el carril de Cota en el Puerto de Entrada de San Ysidro. Después de su arresto, ella le dijo a los investigadores que Cota tomaba su pago en sobornos en efectivo y favores sexuales, dicen los documentos.
Nuevos detalles sobre la investigación de corrupción fueron revelados en una serie de órdenes de cateo sin sellar recientemente en el caso, iluminando el génesis de la investigación y cómo el supuesto esquema funcionaba.
Cota se declaró no culpable a numerosos cargos, incluyendo el recibir sobornos, falsificación de documentos y el traer inmigrantes indocumentados por ganancia financiera. Juárez y su esposo, Gilberto Aguilar Martínez, también cuentan con estos cargos.
Estos casos se han convertido en algo muy común. Una base de datos reciente de Texas Tribune y Reveal News ha compilado 140 casos de corrupción en contra de oficiales fronterizos, muchos involucrando sobornos y el traer inmigrantes indocumentados a escondidas. Diecinueve son de San Diego, incluyendo al oficial Lorne Jones, quien dejó pasar camiones enteros con marihuana, y los agentes fronterizos Raul y Fidel Villarreal, condenados por pasar a cientos de inmigrantes por la frontera.
La Fuerza Especial de Corrupción Fronteriza del FBI un grupo de investigadores de varias agencias federales comenzó a investigar a Cota en abril del 2013, después de que una mujer reportó que el oficial se le acercaba a mujeres que estaban en proceso de ser devueltas a México y pedía su información para que pudiera hablar con ellas en privado, de acuerdo con el affidavit por el agente especial del FBI, Michael Pozanc.
La mujer dijo que conoció a Cota en el 2011, después de que fue cachada ilegalmente en los Estados Unidos. Dijo que Cota fue el oficial que le tomó sus huellas dactilares antes de que la regresaran a México. Dijo que ambos comenzaron a coquetear, y le pidió su número telefónico a Cota.
Él se resistió, apuntándole a varias cámaras en el cuarto. Después la llevó a ella y otras nueve mujeres detenidas al camión que las llevaba de vuelta a la frontera, y le dio su número, diciéndole que llamara después de medianoche.
Más tarde, ella y una amiga se vieron con Cota en Tijuana y trataron de convencerlo de contrabandear a su amiga en la cajuela del carro de Cota. Él dijo que había mejores maneras de hacer tales cosas, ella contó. Después le dijo que le haría un favor si ella estaba dispuesta a pagarle con lo que él quisiera, esto de acuerdo a la orden.
En agosto del 2013, la mujer hizo dos llamadas grabadas a Cota en la dirección de las fuerzas policiales, y se reunió con él en un Denny´s de Chula Vista para hablar sobre el contrabando. Ella estaba visiblemente embarazada en el momento, y Cota no contestó ninguna de sus llamadas después de ello.
Con esa pista seca, los investigadores usaron otros métodos para comprobar las actividades que llevaba a cabo Cota: vigilancia, rastreo por GPS, cámaras de la frontera y records de cruces, datos de su celular, llamadas grabadas, records bancarios y otras fuentes de datos.
El primer incidente de contrabando que la fuerza policial grabó fue el 3 de noviembre del 2015, cuando Juárez manejó a través del carril de inspección de Cota en su Nissan Altima con su esposo en el asiento copiloto, de acuerdo a los records. Le pasó a Cota un pasaporte válido con el nombre de otra mujer en él, lo registró en el sistema y los dejó pasar.
En los días consiguientes a ello, aparecieron pequeños depósitos con un total de $9,200, en las cuentas bancarias de Cota.
Los records de cruce fronterizo revelaron numerosas ocasiones similares de Juárez pasando por el carril de Cota en San Ysidro, seguido con su hijo en el asiento copiloto, junto con otros pasajeros, dice la orden. El niño es descrito sólo como un menor de edad.
Los investigadores se dieron cuenta de un patrón. Seguido le pasaba pasaportes fraudulentos que pertenecían a alguien más, y él los escaneaba y le permitía el paso. Al menos una vez, ella utilizó un pasaporte robado. Cuando Cota lo pasó, una alerta roja flasheó en la base de datos de Aduanas. Él le dio el paso aun así, y después de 40 minutos, Cota se fue a casa, diciendo que se sentía enfermo algo que se volvería un hábito después del contrabando eventual, de acuerdo con la orden.
Depósitos en efectivo siguieron llegando después de cada contrabando. En noviembre y diciembre del 2015, él depósito aproximadamente $24,000, en pequeños incrementos en distintos bancos en un periodo de unos cuantos días.
Probablemente conoció a Juárez de la misma manera que conoció al informante confidencial. En el 2010, Juárez había intentado entrar al país ilegalmente con un pasaporte mexicano alterado, y Cota fue el oficial que la procesó de vuelta a México, de acuerdo a la orden de cateo. Fue arrestada por la misma conducta nueve meses después, y fue procesada por Cota. Después de la segunda junta, ambos comenzaron a hablar por teléfono mucho. Por ejemplo, los records telefónicos muestran que ambos tuvieron alrededor de 700 conversaciones desde diciembre 2012 hasta diciembre 2013.
En mayo del 2015, un supervisor de aduanas notó que Cota mandaba mensajes desde un iPhone mientras estaba trabajando en los carriles peatonales en San Ysidro. El supervisor notó que en el teléfono lo que había parecía ser una captura de pantalla de la base de datos interna de la CPB que rastrea personas y vehículos cruzando la frontera.
El supervisor reportó el incidente a superiores, sin saber que Cota ya estaba siendo investigado.
Y este pasado febrero, otro inmigrante indocumentado acudió a las fuerzas policiales con información. Ella dijo que había estado hablando con Juárez y Aguilar sobre posiblemente contrabandear a un familiar. Dijo que la pareja estaba promoviendo su negocio, anunciando que tenían un "método garantizado" para meter a las personas a los Estados Unidos por $15,000 dólares.
Ella grabó dos llamadas. En una, ella hizo arreglos del contrabando con Aguilar, quien le dijo que el cliente iría sentado cómodamente en el vehículo y que el éxito era asegurado porque el amigo de Juárez los estaría esperando en la caseta.
Al siguiente día, en la dirección de los agentes de las fuerzas policiales, la fuente cooperativa hizo el acuerdo de pagar $15,000, más $300 por el uso de un documento de entrada. El FBI dio el dinero para la transacción.
El contrabando ocurrió un par de días después a través del carril de Cota, con el hijo de Juárez en el asiento de copiloto, de acuerdo con la orden. El vehículo entonces se dirigió a una plaza en Chula Vista, y Juárez y Aguilar esperaron el pago.
Mientras esperaban, Juárez enseñó a Aguilar su celular y se le grabó diciendo en español, "Mira, este idiota quiere su dinero ya."
La fuerza policial decidió acabar con la operación el 7 de septiembre, arrestando a Juárez y Aguilar en San Marcos, durante una detención de tráfico con la ayuda de los sheriff. Dos pasajeros acababan de ser contrabandeados por medio del carril de cota.
En una entrevista con los investigadores, Juárez dijo que ella contrabandeaba inmigrantes por el puerto pagando sobornos y ofreciendo favores sexuales a Cota. Dijo que le cobraba a cada persona de $2,000 a $5,000 dólares.
Cota fue arrestado en el trabajo esa noche. Accedió a una entrevista con los miembros de la fuerza policial. Admitió que le permitía a Juárez y sus pasajeros entrar a los Estados Unidos a cambio de favores sexuales de noviembre 2015 a septiembre del 2016, pero se negó a haber aceptado sobornos monetarios.
Nota original de San Diego U-T.
Traducción: Azelia Mejía
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