Incendio destruye al restaurante "La Costa" en San Antonio del Mar

El histórico inmueble llevaba más de una década clausurado

TIJUANA.- Un enorme incendio ocurrido el 17 de mayo de 2016 iluminó el cielo de la tarde cuando el previamente famoso restaurante de mariscos conocido como La Costa, que coronaba la entrada a San Antonio del Mar y sus parques, fue consumido por las llamaradas que redujeron el viejo edificio a una ruina ennegrecida.

El daño provocado por el fuego en el interior del Restaurante La Costa

La causa del fuego aún no se ha determinado.

El edificio se encontraba en estado de abandono, habiendo sido vaciado y tapiado muchos años atrás – desde el tiempo en que La Costa se fue a la quiebra hace casi una década hasta poco antes de la puesta del sol en la tarde del 17 de mayo, cuando fue consumido en los primeros minutos de un incendio que podía ser visto desde millas a la redonda en la carretera escénica Tijuana/Rosarito.

Un gran contingente de aproximadamente una docena de camiones bomberos y vehículos de apoyo arribaron rápidamente a la escena y trabajaron con gran habilidad para contener el siniestro, que amenazaba seriamente a las construcciones y casas aledañas, las cuales al final no sufrieron daños más allá de una lluvia de cenizas y la ansiedad de sus dueños.

Sin embargo, hubiera sido imposible salvar al viejo restaurante, de acuerdo a las personas que llegaron primero, y era claro que la pérdida sería total. Aparentemente de la nada, dijeron los testigos, el edificio estaba de pronto en el centro de una tormenta de fuego que apareció en ambos extremos y por el medio de la construcción de 70 pies de largo. La bola de fuego, en su punto más alto, alcanzó los cuarenta pies sobre el suelo y ardió por poco más de una hora. No había cableado eléctrico que llegaran al terreno, ni el velador o los residentes del cercano San Antonio del Mar notaron actividad sospechosa o transeúntes en el área.

El edificio fue construido a finales de los años 60 como parte del proyecto de urbanización original conocido como San Antonio Shores, un campo turístico que incluía terrenos a la venta y un campo de golf del otro lado del camino, donde actualmente se ubican los nueve hoyos del campo Real del Mar. Viejas postales muestran cómo la edificación, la arcada comercial y los parques eran las estructuras base del proyecto.

Los el gracioso techo ondulado imitaba las Islas Coronado del fondo y tenían eco en los muros de la zona, que repetían este patrón de ola. Estos característicos edificios al estilo de las misiones californianas planteaban el diseño arquitectónico y el tono del futuro desarrollo urbano, incluyendo las tejas de cerámica roja y calles empedradas.

Solo queda en pie el muro frontal, que enmarcaba con gracia a las Islas Coronado cuando se entraba a la comunidad desde la carretera de cuota.

Sin embargo, en un estilo muy familiar, el proyecto de San Antonio Shores se frenó luego de múltiples acusaciones de fraude y grandes cantidades de mala publicidad en ambos lados de la frontera. Cambiándose el nombre a San Antonio del Mar, el Estado de Baja California creó en 1973 el primer y más grandes fondos colectivos de fideicomiso en la región y que duró por treinta años, intervalo en el que los inversionistas podían al menos sentirse seguros. Después, para fortuna de los inversionistas extranjeros, la ley fue cambiada en los años 90, permitiendo la renovación de fideicomisos individuales en intervalos de cincuenta años. El viejo fondo de fideicomisos de San Antonio del Mar terminó en 2003.

La familia Pedrin, quienes ya eran dueños del exitoso Restaurante La Costa en la Calle Octava de Tijuana, frente al Jai Alai Palace, convirtieron la casa club de San Antonio Shores en una exitosa segunda locación de La Costa. Con el tiempo, la sucursal San Antonio de La Costa se hizo muy conocida en ambos lados de la frontera y era una parada frecuente para visitantes de Los Angeles que venían de camino a Puerto Nuevo y otros lugares al sur. Durante los años 80 fue un punto de encuentro muy popular para la clase política, donde podían reunirse con personas bien conectadas en lo que era entonces un distrito rural de Tijuana, mucho antes de que Rosarito creciera en el territorio.

San Antonio siempre tuvo conexiones con Las Vegas y Hollywood desde su génesis, tanto con agentes de bienes raíces como inversionistas. Las celebridades siempre se sintieron cómodas, era un mundo lejos de la luz pública, y lo visitaban con frecuencia. Pescado y cazas frescas eran la especialidad de la casa y era famoso por su ensalada César y café mexicano servido de forma extravagante con azúcar flambeada.

Pobres de ellos, ambos restaurantes son ahora cosa del pasado. El edificio del restaurante ha estado a la venta por los últimos diez años. Planes de abrir una escuela en el sitio fracasaron. Hasta ahora, el edificio ha sido parte de una parcela que el dueño decidió no fragmentar, y que incluye al sitio del restaurante y el estacionamiento de junto, así como un antiguo mercado de similar estilo pero mucho más pequeño y su estacionamiento que se encuentran cruzando la calle.

Ahora solo queda un solitario camión de agua haciendo guardia a las ruinas humeantes.

borderzonie@gmail.com

Twitter: @borderzonie

Traducido por axel.alcala@sandiegored.com

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