TIJUANA.- Las carretas con "Burro-Cebras" son un referente internacional de la identidad tijuanense que existe desde hace más de un siglo y desde el pasado 8 de agosto del 2014, son patrimonio cultural del estado.
Sin embargo, pese a gozar de esta fama, los dueños de las carretas se ven fuertemente afectados por la crisis económica y la débil afluencia turística en la ciudad.
Foto por: Daniel Esparza/SanDiegoRed.com
Diariamente se puede observar de cuatro a ocho carretas sobre la Avenida Revolución ofertando al público una foto con un precio alrededor de los 7 dólares. "Antes éste era un buen negocio, salía para comer, ahora a veces nada más sale para que coma la burra" nos comenta Javier Arce, quien se dedica a vender estas fotos desde hace ya más de 10 años.
Javier también nos indica que diariamente invierte alrededor de 10 dólares en alimento para el burro y mensualmente alrededor de 100 dólares en el retoque de la pintura que lleva el animal, por el cual también paga la renta de un establo en la zona centro donde por las noches descansa.
Foto por: Daniel Esparza/SanDiegoRed.com
El precio de estos burros se encuentra alrededor de los 500 dólares, aunado al gasto que implica traerlos, ya que es poco común conseguirlos en Tijuana, la mayoría de estos ejemplares son traídos de las ciudades vecinas Rosarito o Tecate.
Foto por: Daniel Esparza/SanDiegoRed.com
Mantener una carreta representa un reto para los dueños de los burros, los cuales se ven ansiosos por subir personas a sus carretas, uno de ellos Javier el cual puede ser encontrado casi todos los días en alguna esquina de la Avenida Revolución, junto a "Paco" su burro, esperando para tomar la foto del recuerdo.
UNI2 AC, una organización ciudadana liderados por el mercadólogo y activista Roberto Lango, se ha dado la tarea rescatar varias tradiciones de la ciudad, de "promover las cosas que tenemos para provocar arraigo, sentido de pertenencia y orgullo por esta ciudad" señala Lango. Es por eso, que han promovido al burro-cebra como patrimonio, por fin lográndolo el año pasado. También ellos han trabajado para mejorar la calidad de vida de los burros y sus dueños, asegurando que los animales tengan buena salud y no son dañados, contrario a lo que alegan activistas.
"Hemos logrado dignificar el oficio del fotógrafo y el traslado del animalito pues para que pueda tener una forma digna de ingreso...Mucha gente cree que sufren maltrato", pero la realidad es otra, argumenta Lango, pues su bienestar es certificado por la Facultad de Veterinaria de UABC Mexicali, así como de autoridades agrícolas del estado.
Foto por: Daniel Esparza/SanDiegoRed.com
Aun así, el futuro se ve incierto para este negocio, pues para otros es visto como "tortura", anticuado o simplemente algo que no vale la pena rescatar. Pero para otros, incluyendo a quienes viven de esta tradición, es una parte que vale la pena preservar de la historia de Tijuana.
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