Los Ángeles, 9 dic (EFE).- El "pole dancing", proveniente de los espectáculos de nudismo, se abre paso en Los Ángeles como una nueva opción de ejercicio físico.
"Se ha vuelto una tendencia de ejercicio no solamente porque es más divertido sino que es una gran herramienta de acondicionamiento para tus brazos, tus abdominales, tu trasero y tus piernas", dijo a Efe Katie Marie, instructora de Polistic, una academia local ubicada en Studio City, que ofrece clases del sensual baile desde la óptica del ejercicio.
Y aunque todavía hay prejuicio en torno a esta danza conocida por los clubes nocturnos para caballeros, la idea de academias como Polistic es la de incorporar la disciplina a la rutina de ejercicios.
"Queremos que las mujeres se apropien de los movimientos y se sientan sexys y bellas… estamos tratando de sacarlo de los clubs y volverlo una forma de ejercicio divertido", explicó Marie.
Pese a que hoy en día se celebran competencias nacionales e internacionales en las que participan bailarinas profesionales, la estrategia de varios estudios locales ha sido la de brindar un ambiente relajado que invite a nuevas clientas y les de un espacio para expresarse.
"Las mujeres llegan muy nerviosas y la forma en que las ayudamos es creando un ambiente en que no hay una energía competitiva o prejuicios, con instructoras que trabajan como en una terapia de movimiento corporal para identificar cuál es el tipo de movimiento con el que en se sientan más cómodas", aseguró la instructora.
El objetivo final es convertir al "pole" en una actividad tan popular como los aeróbicos y el yoga, y colocarlo al servicio de quienes no se sientan a gusto con las rutinas habituales de los gimnasios.
"Vienen todo tipo de mujeres, profesoras, abogadas, amas de casa y artistas… y (con esto) ya no tienen que ir al gimnasio y pueden decir adiós a las sentadillas y a todo ese aburrido asunto", explicó.
Las clases duran 90 minutos y se llevan a cabo en varios niveles y variedades como el básico, el sexy pilates y los trucos del "pole", entre otros, en las que se aprenden posturas como el popular escorpión, en el que la practicante cuelga cabeza abajo apoyada en la fuerza de sus piernas.
"Una de las primera lecciones que aprendemos en clase es que cuando se siente bien, se ve bien", explicó Marie.
Aunque todavía son pocas las mujeres de origen hispano que practican el "pole" como rutina de ejercicio, algunas como Lizette Azucena dicen que han encontrado un lugar especial, luego de vencer los primeros temores.
"No sabía qué pensar y me sentí avergonzada por lo que se oye sobre eso… pero estaba enferma y débil y estaba buscando algo que me fortaleciera…. No sabía que me iba a dar tanta fuerza y conexión con mi propia feminidad, eso es algo que no esperaba", comentó a Efe.
Lizette dice que los resultados la tienen muy satisfecha y que trata de convencer a sus amigas para que lo intenten.
"Hasta empecé a caminar diferente.., mi columna, mi espina, mi abdomen, mis brazos empezaron a agarrar fuerza y el movimiento hizo que la columna se fortaleciera", aseguró.
En Estados Unidos y el mundo existen varias asociaciones como el PFA (Pole Fitness Association), el IPDFA ( International Dance Pole Asociation) o el USPDF (US Pole Dance Federation) que reúnen a estudios como Polistic, y cuya misión es promover la práctica de esta actividad bajo estándares de seguridad, entrenamiento y equipos, así como desarrollar una terminología propia que ayude a consolidarla como un deporte.
Para todas estas organizaciones es prioritario que las competencias que organizan con regularidad no muestren desnudez alguna ni recurran a la vulgaridad en los atuendos o los temas que acompañan las rutinas.
