A pesar de la cultura de prevención que se disemina entre la población sus números siguen al alza. Cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) muestran que en 2011 se contabilizaron 12, 459 quejas por posible robo de identidad y para el cierre de 2015 se calcula que rebasó los 60,000 casos, es decir, casi cinco veces más.
Según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito; en un 67% de los casos, el robo de identidad se da por la pérdida de documentos, 63% por el robo de carteras y portafolios, y 53% por información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
La identidad la constituyen los datos personales: nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y de seguridad social, incluyendo información financiera o médica, así como cualquier otra información que permita identificar a una persona.
De acuerdo con el Maestro Rodolfo Romero Flores, profesor de Informática Jurídica de la UNAM y experto en usurpación de identidad, existe una nueva modalidad de robo que está en aumento en EE.UU. y que se prevé pronto llegará a México. Se trata del robo de identidad tributaria. En este delito, una persona se hace pasar por un contribuyente, hace una declaración, solicita un saldo a favor y lo cobra. Sólo es necesario tener el número de seguridad social.
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