La instalación se hace poco a poco, de forma clandestina, para que las autoridades no se percaten y de la noche a la mañana aparezca un nuevo espectacular.
El desorden y la ilegalidad con la cual han sobrevivido y multiplicado los espectaculares yacen en la aparente incapacidad por parte del Gobierno Municipal de desmontar las estructuras. De acuerdo con Ana Lilia Loaiza Martínez, directora de Administración Urbana (DAU), retirar una estructura les cuesta 52 mil pesos; hacerlo con 500 anuncios que operan sin ningún tipo de autorización les costaría 26 millones de pesos y la pregunta obligada es por qué no se sanciona a la empresa y se embarga la propiedad que permitió este tipo de infraestructura la cual claramente lo admitió por una renta. Es claro que no hay recursos para desmontarlos, pero no debe ser labor del Ayuntamiento quitarlas. Es muy fácil deslindarse de esta responsabilidad, pero al parecer tampoco hay voluntad política para regularizarlos y empezar a beneficiarse por el cobro del impuesto para este tipo de anuncios.
Por su parte, el Ayuntamiento de Tijuana, aduciendo falta de liquidez, continúa reestructurando sus deudas públicas y contratando financiamientos, a pesar de que Tijuana es el segundo municipio más endeudado de México.
El Consejo Asesor Fiscal del alcalde Jorge Astiazarán ha expresado que… Continuar leyendo artículo aquí
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