Dentro de los casos que destacan en esta categoría de fraudes, están los correos electrónicos que dicen ser de la Comisión Nacional para la Defensa y Protección de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef) o de instituciones bancarias de alto renombre. En estos correos, los cuales son mandados con una apariencia casi 100% idéntica a aquella de las respectivas instituciones, se piden datos personales y números de tarjetas, alegando que dichas tarjetas han sido bloqueadas y que, por lo tanto, ocupan renovar la información; cosa que, según estos correos, sucederá una vez que proporcionen la información privada. Así, cualquier internauta sin conocimiento de esta maniobra fraudulenta, se ve expuesto a ser víctima de la apariencia cuasi fidedigna del correo, y termina entregando su dinero a los delincuentes informáticos. Condusef ha aclarado que no envía correos electrónicos y que no tiene la capacidad para bloquear tarjetas, mientras que los bancos no pueden ni necesitan solicitar información con la que ya cuentan.
Con más de 24.9 millones de tarjetas de crédito y 83.3 millones de debito operando en México, el riesgo es gigantesco. No importa cuanto tiempo y esfuerzo dediquen a contrarrestar la cultura hacker, los piratas digitales siempre encontrarán mecanismos más eficaces para hacerse de los bienes de otros. "Todo hacker siempre va adelante en la prevención y especialización de los delitos" dice Miguel Ángel Corro, director del Departamento de Administración y Finanzas del Tecnológico de Monterrey.
Ahora, bien, las repercusiones de esta clase de delitos no sólo han afectado al ciudadano y su futuro financiero, sino también a las instituciones… Continuar leyendo artículo aquí
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